21 agosto 2015

Plaza de la Corredera





La Plaza de la Corredera es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Córdoba. Esta plaza, única plaza mayor cuadrangular de Andalucía, se encuentra situada en el centro de la ciudad. Tiene su entrada y salida a través de los llamados Arco Alto y Arco Bajo.

Entre los edificios que dan forma a la plaza destaca el Mercado de Sánchez Peña o las Casas de Doña Ana Jacinta. El actual Mercado de Sánchez Peña sirvió de sede consistorial así como cárcel, hasta que en el siglo XIX, 1846, el empresario cordobés José Sánchez Peña, compró el edificio e instaló allí la más moderna industria de Córdoba con máquinas de vapor para crear una fábrica de sombreros, instalando a los obreros en la parte alta del inmueble donde tuvieron sus viviendas.
El espacio ocupado por la plaza ha sido profundamente remodelado con el paso del tiempo. La plaza ha sido utilizada con diferentes fines, principalmente festivos, tales como las corridas de toros de las cuales deriva el actual nombre de la plaza.1
El 18 de diciembre 1981 fue declarada Bien de Interés Cultural.

Historia

Se cree que hasta el siglo XV, la plaza de la Corredera fue una gran explanada extramuros de la Medina o ciudad alta cordobesa.
 

Siglo XVII: Construcción

La morfología actual proviene del proyecto del arquitecto salmantino Antonio Ramós Valdés, quien bajo mandato del Corregidor Francisco Ronquillo Briceño, construyó un rectángulo semirregular de 113 metros de largo y 55 metros de ancho, en 1683.3 1 La obra, que tuvo como maestros mayores de la ciudad a Antonio García y Francisco Beltrán, tuvo un coste de 752.972 reales y 8 maravedíes. La construcción no fue integral, ya que se limitó a la fachadas de las mismas debido a la falta de fondos. Los dueños de las casas que daban a la plaza, fueron adquiriendo los metros de fachada que querían para sus correspondientes balcones.
Para ello derribaron la fachada primitiva del Pósito así como la Ermita de los Ángeles, creando las mismas de nuevo. Se inutilizó una calleja existente, la calle de Carreteras, construyéndose los arcos Alto y Bajo como entrada a la plaza.
Aunque se trató de una actuación bastante unitaria, al modo de las Plazas Mayores propias del urbanismo barroco, conservó sin embargo dos edificios anteriores a esta época que contrastan con la regularidad del entorno. Estos edificios son la antigua Casa Consistorial y cárcel y las denominadas “Casas de Doña María Jacinta”, ambos construidos en el siglo XVI.1
Las descripciones que encontramos de la época nos la muestran tal y como era en el siglo XVII:
"(...) lo que allí se ve de notable es la plaza mayor, cerrada por casas hermosas semejantes a las de la Plaza de Madrid sostenidas de pórticos y de arcadas donde están establecidos los más ricos mercaderes de la ciudad y en los días de las grandes giestas del año, se dan corridas de toros, como vivimos en Madrid. Esta plaza está en uno de los extremos de la ciudad (...)"
"(...) casi todas las fachadas de la construcción sobresalen hacia fuera con terracillas de madera, la mayor parte con tres y unas pocas con cuatro planos, por o que cuando se hacen las fiestas se agregan alrededor de las escalinatas de madera, decoradas ricamente con telas de varios coloeres sin dejar desnudas las pilastras que las sostienen, Donde se sitúan las damas, ponen sobre el tapiz grandísimos cojines de terciopelo y de brocado y, en suma, no queda parte alguna de la palza que no se va o llena de pueblo o embellecida con adornos. En el centro de uno de los lados mayores hay un edificio muy bueno, ene le cual está la Cárcel Pública. Juanto a éste está la antedicha casa en la que tiene su lugar acotado el Corregidor y los Veinticuatro regidores de la ciudad..."
A. Guzman Reina. (Córdoba, siglo XVII).
 

Siglo XIX

El 5 de abril de 1893, comenzó a construirse en mitad de la plaza un edificio tendente a albergar el mercado de abastos de la Plaza de la Corredera, siendo inaugurado el 2 de agosto de 1896 y concedido a una empresa su explotación durante 50 años.
Hasta el siglo XX, la plaza de la Corredera fue un alto enclave comercial. Pío Baroja, en su libro La Feria de los Discretos, la describió de la siguiente manera:
(...) No había dejado de los arcos rinconadas sin puesto ni columna sin tenderete al pie. En el fondo de los proches aparecían los portales de las posadas, con sus patios clásicos y sus nombres castizos como la posada de la Puya del Toro...Las alpargaterías ostentaban como enseña sus ruedos de pleita: los establecimeintos de bebidas, sus anqueles llenos de botellas de colores; las tiendas de los talabarteros, sus jáquimas, cinchas y atahares; las triperías, las vejigas y cedazos hechos de piel de burro de Lucena. Aquí, un tejedor de caña iba construyendo cestas; allá, un baratillero poníen en montón unos cuentos libros grasientos, y cerca, una vieja entantigua sacaba del fondo de una sartén una rodaja de merluza y la ponía sobre una lámina de hoja de lata.
Pío Baroja (siglo XIX)

Siglo XX-XXI

El 14 de julio de 1951 se recibió información por parte del Jefe de Servicios Veterinarios de la ciudad en la cual se notificó las pobres condiciones higiénicas del mercado de abastos. No será sin embargo hasta el año 1959, cuando Antonio Cruz Conde, alcalde de Córdoba, aprobó el derribo del mercado para realizar uno en el subsuelo de la plaza.1 En esta demolición se encontraron numerosos mosaicos romanos, que hoy en día se encuentran expuestos en el Alcázar de los Reyes Cristianos.1
En el año 1986 se acuerdó la rehabilitación de la plaza de la Corredera, culminando las obras el 9 de diciembre de 2001 a las que acudieron Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, así como la alcaldesa Rosa Aguilar.

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